La Barceloneta grita: '¡Basta ya!'

La Barceloneta grita: '¡Basta ya!'

Más de 300 vecinos se manifiestan y cortan la Ronda Litoral hartos del incivismo y la delincuencia


Están especialmente alarmados por una ola de robos, algunos con violencia, en las últimas semanas


Manifestación de vecinos en la barceloneta contra el incivismo y la inseguridad en el barrio.

Manifestación de vecinos en la barceloneta contra el incivismo y la inseguridad en el barrio.

Esta vez han sido los vecinos los que, armados de pitos y megáfonos, han hecho ruido. Y seguirán haciéndolo -"¡al menos que nos oigan!"- hasta recuperar la dignidad en una Barceloneta convertida en territorio comanche. "Del barrio de la hostia no nos moverán"... coreaban los más de 300 indignados residentes en la manifestación que ha partido este miércoles a las siete de la tarde de la plaza del Poeta Boscà (la del mercado). Hartos del incivismo, la delincuencia y la inoperancia municipal, recorrieron calles -entre ellas la de Pepe Rubianes -¡ah, si levantara la cabeza!- y parte del paseo marítimo, y acabaron cortando una hora después la Ronda Litoral (primero un lateral sur y después el lateral norte de entrada a la ciudad) y el acceso al barrio por el paseo Joan de Borbó. 
La película que día a día vive el vecindario, del drama al terror, se leía en las pancartas. Naia, de 9 años, alzaba un cartel con 'Este es mi barrio. No quiero tener miedo'. "Tengo miedo hasta dentro de mi casa", contaba la pequeña y su madre, con otra cría de 2 años, se ponía nostálgica: "Yo pasé aquí una infancia feliz y tranquila y ahora tenemos pánico hasta de salir por la tarde". Y bien temprano, bien temprano, peor aún, confirma otra vecina: "A las seis de la mañana no puedo salir sola para ir a trabajar y la panadería, que antes abría a esta hora, ahora lo hace más tarde".
Mucha gente mayor, más que jóvenes, se sumó a la protesta. "Cuando es la fiesta del barrio está a tope de chicos, pero hoy pocos han aparecido", lamentaba una señora que, con los 70 cumplidos, aseguraba que nunca había vivido un entorno "tan horrible". Los sustos de Hitchcok, 'Psicosis' aparte, se quedan cortos. La droga de jeringuilla ha vuelto -"hace mucho también hubo pero no teníamos esta delincuencia"- y las peleas a navajazos han llevado al hartazgo a los residentes. "Estamos hartos, queremos soluciones", claman.
El abuelo Jordi explicaba durante la marcha un robo a su familia: "Mi prima llegó con su marido a casa y se encontraron a dos individuos durmiendo en su dormitorio. Le pegó un puñetazo a uno y salieron corriendo. Les robaron 24.000 euros y un reloj". Echa las culpas a las mafias que se han hecho dueñas del barrio marinero y a un turismo de bajos fondos. "Nos viene lo peor, unos incívicos, van desnudos por la calle, orinan, se emborrachan...". Otra residente de toda la vida remacha: "Ha venido gente mala. No es que seamos racistas es que esos delincuentes nos convierten en racistas". 

Revuelta espontánea

La nueva marcha se convocó el pasado viernes y forma parte de la revuelta espontánea que está viviendo el barrio este verano, como consecuencia de lo que consideran un repunte del incivismo y la inseguridad en la Barceloneta. Los ánimos se han ido caldeando ante la proliferación de botellón, venta y consumo de drogas en sus plazas, comportamientos poco respetuosos (visitantes -turistas o autóctonos- que orinan, vomitan o se pasean semidesnudos por la zona), sobreocupación de sus aceras con el 'top manta' y con una invasión de vehículos de movilidad personal que no cumplen la normativa... Pero lo que ha hecho prender la llama y convocar asambleariamente estas movilizaciones ha sido la ola de robos de las últimas semanas.
David Riojo, un portavoz de los vecinos aglutinados bajo el lema de Barceloneta en Lluita, señala a este diario que en las últimas 24 horas ha tenido conocimiento de al menos tres robos. Los delincuentes activos en el barrio, detalla, realizan tanto tirones de cadenas como robos de carteras y móviles, y tanto al despiste como con violencia. Incluso utilizando navajas. Reventar coches para sustraer lo que haya en su interior forma parte de la casuística que solivianta al barrio.
"No puede ser que tengamos que bajar a la calle sin reloj, sin apenas dinero y con miedo", se queja este vecino, que como muchos no estaba alineado en ninguna asociación de las que trabajan en el barrio marinero. Esta misma semana él se ha convertido en víctima.
Los afectados señalan que desde la manifestación que organizaron el pasado sábado 18 han apreciado puntualmente más presencia policial, en concreto de Guardia Urbana. Su presión sobre el parque de la Barceloneta (uno de los focos del conflicto) calmó brevemente este espacio donde es habitual que duerman jóvenes tras haber bebido o consumido drogas, que se trapichee o hayan robos. Pero los que dejan de la plaza afloran en otros puntos del barrio donde no se sienten vigilados, apuntan algunos residentes. 
En presencia de cámaras de televisión, por ejemplo, hoy miércoles mismo ha habido un robo en directo. "No hace falta estar ni media hora en alguna plaza para ver algo", relata otro vecino. Los movilizados reclaman más presencia policial "disuasoria" continuada para que los delincuentes e incívicos no se sientan tan impunes. "Sabemos que hay un problema añadido con el código penal y que es difícil sacarlos de la calle, pero al menos queremos intentar prevenirlo". Y añaden que los agentes cívicos, más allá de su imagen, tienen poco que hacer ante actitudes que superan su función.